La representante Norma Torres habla sobre armas, amenazas a su vida y el fin de Roe

Norma Torres ha tenido un par de años llenos de acontecimientos.

Una disputa en línea con el presidente salvadoreño Nayib Bukele dio lugar a amenazas contra la vida de Torres y a pandilleros que supuestamente registraron su casa.

Esto se produjo después del ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio, durante el cual el demócrata de California estaba entre un pequeño grupo de miembros atrapados en la Galería de la Cámara. Guarda en su oficina la máscara antigás que recibió ese día.

Torres, cuya carrera política se inició después de que presionó al Departamento de Policía de Los Ángeles para que reformara sus políticas de despacho, salió de ambos aparentemente impávido. Ha redoblado sus críticas al líder autoritario de El Salvador y ha apuntado repetidamente a sus colegas republicanos que han tratado de tapar los acontecimientos del 6 de enero.

Al iniciar su quinto mandato, Torres, quien nació en Guatemala, dice que su “hogar es ahora como un complejo”. Habló con Heard on the Hill sobre la anulación de Roe v. Wade, cómo defenderse con un arma y cómo los demócratas pueden retener a los votantes latinos.

Esta entrevista ha sido editada y condensada.

P: El mes pasado se habría cumplido el 50 aniversario del caso Roe v. Wade. ¿Cómo te sientes ahora que ya no está?

R: No creo que los republicanos retrocedan. Creo que, lamentablemente, la Corte Suprema los ha revitalizado. Hemos visto esfuerzos a nivel estatal en los que intentan imponer qué deben usar las legisladoras en la sala. Quiero decir, ¿qué sigue?

Este tema es muy personal para mí. Después de tener a mi tercer hijo, quise hacerme una ligadura de trompas. Ya había terminado con tener hijos. Fui a ver a mi médico y me dijo: "Oh, claro, aquí tienes todos los formularios que debes firmar". Uno fue el consentimiento de mi marido.

Él no es mi dueño. Elijo casarme con él. ¿Qué autoridad tiene ese anillo o esa boda sobre mi cuerpo? Pero todavía éramos muy jóvenes y el médico consideró que hay desacuerdos en los matrimonios.

Fue un momento muy difícil para los dos, porque mi esposo sentía lo mismo. No quiso firmar el formulario, no porque no quisiera darme su consentimiento, sino porque sentía que me estaba dando propiedad. Y yo estaba fuera de mí.

Al final me hice el procedimiento sin su autorización, pero sólo después de amenazar a mi médico con que, número uno, no dejaré de tener relaciones sexuales, y número dos, si quedo embarazada, no voy a abortar, y Me voy a suicidar porque no voy a tener otro hijo. ¿Por qué tuve que llegar a eso para poder tomar decisiones independientes sobre mi cuerpo?

Pienso en cuando nos casamos por primera vez. No podía abrir crédito por mi cuenta; necesitaba la firma de mi marido. Como mujer de mi edad, tenía derecho a abortar si quería. Pero hay otros derechos que las mujeres jóvenes dan por sentados.

P: Algunas personas declararon 2022 como el año de la republicana latina. ¿Qué opinas de eso y por qué los demócratasperdiendo terrenocon los votantes latinos?

R: No creo que estemos perdiendo esa base. Creo que hay casos especiales en los que los republicanos han hecho un mejor trabajo de divulgación. Pero si vienes a una reunión del Caucus Hispano del Congreso, somos muy diversos. Tenemos en común que hablamos español, pero tenemos diferentes dialectos. Y la comida es muy diferente. Soy centroamericana, mi esposo es mexicano; sus especias son chiles, las mías son flores y semillas.

Los latinos tradicionalmente han sido muy conservadores en cuanto a los derechos religiosos y hay un fuerte predominio masculino. Tradicionalmente los jefes de hogar han sido sólo los hombres y las mujeres son el sostén. Pero eso ha cambiado, y lo que los latinos quieren y necesitan es una explicación de cómo funciona el gobierno. Cuando vienes de un país que está matando a sus ciudadanos, como hacen muchos de estos inmigrantes, no confían en el gobierno. Entonces son víctimas de cosas como QAnon, donde muchas de estas personas les hablan en español.

La comunidad latina es nuestra para perder, sin duda. Es una de las razones por las que miembros como yo hemos estado presionando y presionando al Comité Nacional Demócrata para que haga un mejor trabajo. Es la razón por la cual en nuestro caucus presionamos para tener un programa de extensión a los latinos y nuestros temas de conversación traducidos, no solo al español sino a otros idiomas.

P: Usted ha dicho quedormir cerca de un arma porque temes por tu seguridad, especialmente después de algunos tensos intercambios en línea con el presidente de El Salvador. ¿Cómo compagina esto con sus llamados a implementar leyes más estrictas sobre armas?

R: Crecí con un arma en casa. Como adulta y como madre propietaria de una casa, decidí no hacerlo. Para mí, no podía arriesgarme.

Crié a tres hijos muy traviesos. Tengo una caja fuerte y en 2005 tuvimos un incendio en nuestra casa. Cuando los bomberos abrieron la caja fuerte, encontraron un par de tenis blancos. Los chicos habían entrado en mi caja fuerte. No sé cómo lo abrieron, tal vez pudieron encontrar la combinación, pero sacaron todos mis papeles importantes, actas de nacimiento, mi certificado de ciudadanía. Uno de ellos no quería que el otro usara sus zapatos, así que los encerró en la caja fuerte.

Conocía a mis hijos y sabía que no podía confiar en tener un arma en casa. Pero más tarde, miembros de una pandilla vinieron a mi casa, amenazaron a mi esposo y me amenazaron en línea.

Estoy muy centrado en las causas fundamentales de la migración. Creo firmemente que el problema en nuestra frontera sur es un síntoma de que estos presidentes de América Latina le están fallando a su pueblo. Hemos enviado millones y millones de dólares en asistencia y, en muchos casos, ese dinero ha llegado a manos de funcionarios corruptos. Voy a hablar de eso. Mi responsabilidad es con los contribuyentes estadounidenses, no con los gobiernos de esos países, y voy a denunciarlos por ello.

[Después de que llamé al presidente de El Salvador en las redes sociales], aparecieron dos pandilleros y amenazaron a mi esposo. La policía local tardó más de una hora en responder. Entré a mi casa y agarré un arma, salí y se fueron. No voy a pedir disculpas por defenderme.

Alguien dijo: "Necesitas un AR-15". ¿Para poder disparar a través de las paredes y matar a mi vecino? El peligro inminente está frente a mí y puedo abordarlo con una pistola.

No estamos diciendo que no debas tener derecho a defenderte. Apoyo la Segunda Enmienda. Simplemente no creo que las armas automáticas, las armas de guerra, sean parte de la Segunda Enmienda.

P: ¿Todavía duermes con un arma cerca de ti?

R: Las amenazas han disminuido. Después de ese incidente con esos pandilleros, la Policía del Capitolio pasó una semana estacionada frente a mi casa, hablando con los departamentos de policía para ver qué escuchaban de sus pandillas locales. Un par de días después de que se fueron, un afiliado de la MS-13 regresó a mi casa y pintó todo el frente. Así que ha sido duro.

Ahora tengo una caja fuerte para armas y la tengo muy cerca cuando estoy en casa. La Policía del Capitolio tiene un presupuesto para que los miembros del Congreso aseguren sus residencias. Es tan triste. Mi casa es como un complejo ahora. Tengo cámaras por todas partes y todas las ventanas están protegidas.

P: Trabajó durante años como operador del 911. Cuando era más joven, ¿alguna vez pensó que se involucraría en política?

Un nunca. Odiaba la política. A mi marido le encanta la política, le encanta la historia. Pero para mí, la política es lo que tengo que hacer para lograr las cosas que quiero hacer por mi comunidad.

Fue una llamada al 911 que me arrojó al mundo político del que nunca quise ser parte. Una niña pequeña esperó a que yo respondiera su llamado de ayuda. Esperó 20 minutos, porque esa noche solo teníamos dos o tres operadores del 911 que eran bilingües.

Lo único que podía oír eran golpes y gritos horribles. Más tarde, supe que los golpes fueron un golpe en la cabeza contra la pared, seguido de cinco disparos a quemarropa. Los gritos no eran gritos, eran palabras: “Tío, por favor no me mates”.

Mi capitán y mi departamento dijeron: “Así es como hacemos las cosas. No vamos a cambiar”. Entonces aprendí a mí mismo a hacer lobby en nombre de esta víctima. Tuve que hablar públicamente en las reuniones del ayuntamiento, algo que nunca antes había hecho. Se vieron obligados a hacer los cambios que yo sugería, como crear un programa de extensión comunitaria y contratar despachadores bilingües, no sólo en español sino en otros idiomas.

Esa niña no sobrevivió. Pero ella me obligó. Ella creó este monstruo político.

¿Último libro que leíste? Leí “El elefante y Piggie” con mi nieto de 8 años. Y me encantan las novelas históricas sobre reinas y reyes británicos.

¿Primer concierto? Era Rod Stewart. La mamá de mi mejor amigo era ama de llaves para ellos, así que consiguieron boletos. Fue muy divertido porque obtuvimos pases detrás del escenario, pero ningún adolescente debería haber sido parte de eso: solo un montón de drogas, sexo y alcohol abiertamente.

Si pudieras hacer cualquier otro trabajo, ¿cuál sería? Pasé 17 años y medio como despachador del 911. Lo creas o no, me quedé con una licencia y me retiré formalmente de ese trabajo hace un año y medio.

¿Opinión menos popular? No me gusta la música country. Eso es como [uñas en la] pizarra.

¿Algo que cambiarías del Congreso? La disfunción. La parte en la que no podemos tener un debate adulto, un debate civil. Esos desacuerdos se han vuelto tan personales y una gran amenaza para nuestra seguridad pública.